Su origen está en el «antiguo perro griego» perro de toros maltés: una raza importada a Inglaterra, que cruzada con antiguos mastines dio origen al antiguo bulldog inglés.
A pesar de su famosa expresión de amargado, los bulldogs son muy dóciles, pero a la vez puede moverse muy rápido a distancias muy cortas. Son amables aunque a veces caprichosos, la frase "terco como un bulldog" está vagamente sus raíces en la realidad.